El largo camino de la madera legal (e ilegal)

El largo camino de la madera legal (e ilegal)

Hicimos la reconstrucción del recorrido que debe hacer un cargamento de madera desde su corte hasta las ciudades, coimas incluidas.


Para que un cargamento de madera que haya sido extraído en el Amazonas llegue a las principales ciudades de Colombia deben intervenir numerosas personas, desde cortadores hasta intermediarios, pasar semanas en remolcadores y en camiones. En el camino, además de pagar las tasas e impuestos establecidos por la reglamentación colombiana, los madereros tienen que pagar sobornos que cobran uniformados y también las guerrillas.

Estos testimonios también muestran cómo se usan los permisos de removilización para hacer carruseles con la madera.

A lo largo de una investigación de varios meses en la selva Amazónica logramos una serie de testimonios de los diferentes actores de la cadena de suministro de la madera, en el que reconstruimos la forma en la que funciona, plagado por los intermediarios, sus actores, los sobornos que se pagan y los valores sobre los que se mueve este mercado, en lo legal como en lo ilegal.

Muchos de ellos accedieron a contar detalles del negocio de la madera a lo largo del río Putumayo, pidiendo guardar la reserva de sus nombres, por las implicaciones y los riesgos que les podrían traer, ya que trabajan a diario en esta región.

La tala y sus actores

Joaquín* ha sido aserrador y comerciante por más de 11 años. Ha hecho negocios de madera en varios sitios de la Amazonía colombiana y peruana como Tarapacá, Puerto Asís y Huapapa.

“En Tarapacá hubo una bonanza entre 1960 y 1970. De ahí salió bastante madera, era muy rentable porque la compraban de Cali y Bogotá. Muchos venían, se quedaban y gastaban, pero al pueblo no le dejó nada. A la gente que trabajaba quedó sin casa.

Un gastero (como se le conoce a una persona que invierte en el corte) es el que llega con dinero, da para la gasolina, da los machetes, las limas, la remesa y todo lo que se necesita para sacar la madera.

Yo empecé que me gasteaban, me daban la gasolina y sacaba la madera.

“Así si el da cinco millones para gastos, y si la madera sale a 8 mil pesos, esos cinco millones de los tengo que pagar a precio de 6.000 pesos. Es una forma de trabajo y en la que nos acostumbramos a trabajar la madera. Es un primer intermediario. Es un prestamista, que da todo lo que necesita a varios grupos, el después espera seis meses.

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En la medida en que se va transformando y cambiando de manos el precio de la madera va aumentando.

“Después viene el remolcador. Son dueños de un barco, que baja con combustible, con remesa, con comida, ellos también dan para los gastos. Ellos llegan acá y consiguen los salvoconductos, ya sea con madera legal y detrás de eso consiguen más por el camino. Ellos recogen la madera y el dueño del remolcador aprovecha que no paga flete y así la llevan hasta Puerto Asís.

“En Puerto Asís llegan otros compradores y comisionistas, pero nunca los dueños de las empresas. “(Después) de Puerto Asís, el cuarto es el comisionista que lleva todo a Bogotá, el quinto es el proveedor donde se queda la madera y el último es el que compra. Los comisionistas se encargan de llevarla a Bogotá o Cali, donde tienen un comprador directo. Para que llegue a los dueños (la madera) puede pasar por cuatro a cinco intermediarios.  

Las coimas

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Sobre ríos como el Putumayo, el Ejército y la Armada con el apoyo de funcionarios de las corporaciones autónomas realizan controles

“La madera que les interesa a los compradores ilegales es el cedro. Ese es el negocio. Hay una resolución que veda el cedro, pero si tenían antes de la resolución lo pueden vender. Hay veda hasta el 2020. La ganancia de los ilegales es porque no pagan flete y salvoconductos.

“El cedro no sale de Colombia, sale de Perú. Las coimas, es una palabra peruana, es la plata que se la da a la policía. Es lo que se le da a los militares. Eso ha sucedido toda la vida. El policía peruano gana muy poquito, entonces le gusta estar en las fronteras para coimear. Asi se van cuadrando, viven de las maderas, del tema minero y de los animales silvestres.

“Yo nunca he trabajado con cedro, lo he hecho con otras maderas como el abarco, el polvillo, el granadillo, el arenillo, porque la autoridad no le da duro, en cambio al cedro si. Cuando revisan miran si llevan cedro o no.

“Los papeles se sacan en Putumayo. Son 18 horas de Puerto Asís a Bogotá. Yo andaba en una mula(camión), sentado mirando, el conductor es el que negocia. Así estuve tres años. Una vez di 700 mil pesos en varios controles. Primero fue Puerto Umbría, saliendo hacia Puerto Asís. De allí en San Juan de Villalobos(en límites entre Putumayo y Huila) y Pitalito. Ahí es donde se aglomeran. Llegando a Bogotá no, ya ahí va con todo(papeles).

“Uno trabaja para los policías. Son tan conchudos que se comunican de Villalobos a Pitalito, y ya saben que uno lleva madera y piden en todos los puestos. Entonces toca darles plata para que dejen pasar, es como una mafia. Pero hasta el último viaje perdí todo lo que me iba a ganar porque me multaron en Neiva. Me bajaron la madera. También multaron al conductor, hasta que me salieron los permisos dejé de transportar la ilegal.

“En Puerto Asís es muy caliente. Allá hay mucha guerrilla, mucho paraco. Por eso uno no se mete con nadie. La guerrilla anteriormente cobraba al remolcador, por eso dentro del flete estaba incluido el pago. En estos tiempos no, porque hace rato no están molestando. Por lo menos este año no han dicho nada pero  en años anteriores si.

Las removilizaciones

“Cuando se venden bloques se lleva solo el salvoconducto, cuando está transformada se lleva factura. Generalmente se llevan bloques pero estamos buscando vender madera transformada.

“Hay intermediarios en Puerto Asís que legalizan la madera comprando los salvoconductos. Muchos remolcadores no registran ninguna carga subiendo.   

“Yo cuando vendo madera hago contratos, para evitar inconvenientes. Nosotros no removilizamos, pero si se sacaba mucho salvoconductos de la CRC (la corporación del vecino departamento del Cauca). Después nos enteramos que con los salvoconductos nuestros estaban removilizando 7 u 8 veces en Puerto Asís, sin que supiéramos nada.

“Ahora todo está sistematizado y si algo fue removilizado ya no expiden más”.