INVESTIGACIONES

    Una tonelada de coca en EEUU deja impunes 20 asesinatos en Colombia

    Una tonelada de coca en EEUU deja impunes 20 asesinatos en Colombia

    Una vez se extradite a Elkin López Torres, alias La Silla o Doble Rueda, por el tráfico de 1.200 kilos de coca en los EEUU, en Colombia se quedarán sin resolver más de 20 asesinatos que se le achacan en la Costa Caribe. 

    Para varios habitantes del sector Timayui, en Santa Marta, es difícil de olvidar lo que vieron la mañana del 29 de diciembre de 2016 en la ribera del río Manzanares: los cuerpos de Karen Noriega, Andrea Torrado e Idanis González, cada uno con un tiro de gracia. Dos de ellas estaban tendidas boca arriba; y a una de ellas la encontraron de rodillas con sus brazos cruzados, rogando a sus verdugos para que no la mataran. 

    Era de noche cuando las balearon en ese paraje al que casi nadie va. Los vecinos le aseguraron a las autoridades que no escucharon ningún grito, pero sí los disparos y por eso fueron a ver qué había pasado. 

    La masacre de Timayui, como se le conoce, es uno de los más de 20 asesinatos que se le atribuyen en la Costa Caribe a Elkin Javier López Torres, alias ‘La Silla’ o ‘Doble Rueda’, y su banda de asesinos, cuyo suegro había sido encontrado muerto tres días antes en la bahía de Santa Marta, cerca de la Sociedad Portuaria. Ningún caso, ni siquiera por homicidio, le ha significado una condena, lo que deja un sabor a impunidad que minimiza la acusación en su contra en la Corte Federal del Distrito Este de Texas por dos envíos de 850 kilos y 440 kilos de cocaína decomisados en 2014 y 2015 en el mar Caribe. 

    El historial de López y su organización criminal también incluyen la masacre de tres hombres y dos mujeres en la vereda Masinga, en el corregimiento de Bonda (Santa Marta) en 2014, y los dos atentados de sicariato a su señalado mano derecha Samir Lindo Poveda, alias ‘El Ojón’, quien murió en febrero de 2015 después de recibir un balazo en el abdomen, saliendo de la discoteca Tercer Nivel localizada en el barrio San Martín, sector que controlaba ‘La Silla’. 

    La Policía Antinarcóticos también lo relaciona con las muertes, en febrero de 2010, de tres hombres sanandresanos que fueron descuartizados y sus cuerpos abandonados dentro de varias maletas, en el sector El Rodadero de Santa Marta. 

    López se entregó en diciembre de 2019 en la clínica La Asunción de Barranquilla, adonde llegó por afecciones pulmonares y buscando protección porque varios grupos habían puesto precio a su cabeza. Allí estuvo hasta junio del año pasado y fue trasladado a una casa en el norte de Barranquilla, luego de que el Tribunal Superior de la ciudad le concediera la detención domiciliaria para evitar un posible contagio por covid-19. En todo momento ha sido custodiado por agentes del Goes (operaciones especiales) de la Policía. 

    Durante este tiempo y ni siquiera después de su entrega, algún fiscal ha logrado que un juez de nuestro país condene a ‘La Silla’. 

    En el concepto de la Corte Suprema de Justicia que avaló su extradición se menciona que tenía una orden de captura por concierto para delinquir, extorsión y amenazas a testigos; anotaciones por extorsión, concierto para delinquir y tráfico de armas, y en 2012 tuvo una medida de aseguramiento carcelaria por concierto para delinquir y narcotráfico.

    “Muchos narcos logran pasar de agache porque negocian o se entregan para pagar unos cuantos años de cárcel en Estados Unidos, así consiguen que los procesos por delitos más graves en Colombia se enfríen y de regreso tienen un bajo perfil”, aseguró un exagente del CTI que por años ha indagado sus andanzas.

    La Silla se había entregado en una primera oportunidad en 2017 al entonces personero distrital de Santa Marta, Chadan Rosado Taylor, luego de un operativo fallido de la Dirección Seccional de Fiscalías del Magdalena y el Gaula Ejército, que se adelantó en Valledupar en el que allanaron su residencia, pero se voló al parecer porque un funcionario le había advertido. Debido al fracaso de esta operación fue retirado del cargo el entonces director del CTI de la seccional, Germán Castellanos. 

    Corrupción portuaria y cobros a otros narcos 

    Las fuentes de la Fiscalía, consultadas por 360-grados.co, coinciden en que el nombre de  ‘La Silla’ comenzó a sonar desde 2008 entre los organismos de seguridad de Santa Marta, cuando en un atentado varios sicarios lo balearon y lo dejaron en condición de discapacidad. 

    Hasta ese momento, algunas investigaciones lo relacionaban con la delincuencia común, ya que tuvo algunos procesos por estafas que cometía con la venta de “planes de celulares”, contó una de las fuentes que pidió el anonimato. 

    Luego del atentado, López armó su grupo criminal y se enfocó en controlar las ollas de venta de droga en barrios del corredor vial del Puerto de Santa Marta, como Pescaíto, Olaya Herrera, Villa Tabla, San Martín, San Jorge, 20 de Julio y Nacho Vives. 

    Fue así como en poco tiempo logró apoderarse de parte del narcomenudeo en ese sector de la capital del Magdalena, que no solo le facilitó tener a su servicio varias bandas locales de delincuentes y criminales dedicados al sicariato, tráfico de armas y hurtos, sino la salida al tráfico internacional de estupefacientes porque en esos barrios los narcos usan casas para guardar la droga que después encaletan en contenedores o buques mercantes. 

    Desde que se volvió el “mandamás” del microtráfico, la Policía Antinarcóticos le empezó a seguir la pista y lo capturó a finales de 2012 por narcotráfico, después de que las autoridades panameñas lo deportaran a Cartagena el 4 de diciembre. En esa operación cayeron otros 12 de sus secuaces en Medellín, Barranquilla, Cartagena, Valledupar, Santa Marta, Riohacha y Maicao. 

    Sin embargo, ‘La Silla’ fue liberado por un recurso de habeas corpus que le concedió en 2013 un juez de Soledad, en el Atlántico.

    Otra vez libre, López dominó la salida de narcóticos desde Santa Marta y se adueñó de una de las principales plazas en Colombia, con una estrategia que consistió en incluir en su “nómina” a trabajadores portuarios y lancheros. “Les pagaba o los amenazaba para que lo mantuvieran al tanto de la droga que llegaba”, explicó otra fuente de la Fiscalía. 

    Con la información que conseguía, ‘La Silla’ llamaba a los dueños de los cargamentos y los amenazaba con robarles el estupefaciente o asesinarlos, si no le pagaban una comisión por pasar la droga por el puerto que controlaba. 

    “López Torres coordinó el transporte de cargamentos de cocaína desde Colombia a numerosos países tales como México, República Dominicana, y las Bahamas para su posterior distribución en los Estados Unidos. Era responsable de cobrar tarifas a otros carteles por la utilización de rutas de exportación. Adicionalmente, también proporcionaba seguridad para el tránsito seguro de la cocaína a través de rutas sobre las cuales se sabía que él tenía control”, indica la acusación en Estados Unidos. 

    Manejar información de embarques de droga le permitió crear la pantalla de que su organización era gigantesca y poderosa. “Pero en realidad lo que tenía era gente en el puerto que lo dateaba”, cuenta un investigador de la Fiscalía. “Eso lo hacía con narcos de bajo nivel que estaban arrancando, porque los duros no le pagaban ni dejaban que les robara”, agregó. 

    El acceso a información privilegiada en el bajo mundo la usó para sacar del negocio a otros narcos y mantener a raya a las autoridades. Una fuente judicial sostiene que ‘La Silla’ fue quien entregó a las autoridades colombianas y la DEA a los hermanos Rafael y Enrique Noguera, capturados en 2019 y extraditados en noviembre del 2020 a Estados Unidos por cargos de narcotráfico en una corte de California. 

    El diario El Tiempo reveló que los Noguera habilitaron una pista clandestina en el municipio de  El Retén (Magdalena) donde se ocultaba cocaína para despacharla a los Estados Unidos. 

    Los hermanos Noguera son sobrinos del señalado traficante de la bonanza marimbera Juan Manuel Noguera Aaron, asesinado por paramilitares en 1998 en el mismo municipio El Retén. Rafael y Enrique fueron dos de esos ‘novatos’ a quienes ‘La Silla’ al parecer intentó cobrarles por el envío de drogas a Estados Unidos. “La información que se sabe es que llegó a cobrarles y, como no pagaron, alguien de su organización criminal los delató”, contó una de las fuentes de la Fiscalía.   

    Con los hermanos Noguera fue capturada una controladora aérea del aeropuerto Ernesto Cortizzos de Barranquilla que les permitía la salida de sus ‘narcovuelos’. También fue divulgado por El Tiempo que, en el momento que se autorizó la extradición de los Noguera, fue separada de su cargo una fiscal delegada para Extinción de Dominio al aparecer por su parentesco con ellos.

    Después de la delación de estos narcos, en agosto de 2019 circuló un panfleto amenazante contra empleados de “empresas portuarias” de Santa Marta y en el que dice que se declaraba como objetivo “todo aquel que le trabaje a Elkin Javier López, alias ‘La Silla’; Carlos Mario Ramos, alias ‘El Boliviano’; Jhonatan Yair Hidalgo Suárez, alias ‘La Máscara’; Saúl Muegues Rondón, alias ‘Saúl’, y Rafael Yesid Rodríguez Meza, alias ‘Peruano’”. 

    “Tenemos plenamente identificados a los que camellan en la sociedad portuaria con todos estos delincuentes, ladrones, extorsionistas que se creen dueños del puerto”, se lee en el documento firmado por una banda que se autodenominó ‘Héroes de la Sierra’. “Elkin Javier López Torres, no se las ande dando de empresario en Valledupar (…), de la cara como el delincuente que es; mandas a dar información de que fue otro y lo mismo cuando alguien saca droga por (el) puerto que no es suya. Tirándoselas de buen ciudadano, da aviso a las autoridades para quedar bien con la justicia”, dice otro aparte del panfleto.

    Al mes siguiente, un sicario hirió en el barrio Arizona de Valledupar a una de las personas mencionadas en el documento: Saúl Muegues Rondón, quien murió a los pocos días en una clínica de la capital del Cesar. 

    Otra retaliación al grupo de ‘La Silla’ ocurrió el 22 de octubre de 2020, cuando se registró una balacera en plena Avenida Libertador de Santa Marta, en la que sicarios en moto acribillaron a Óscar Jacoby Bonnet, Alexander Granados Herrera y dejaron herido a Cristian González Robles, reconocidos como miembros de la banda de López. 

    Las autoridades tienen la hipótesis de que el ‘Clan del Golfo’ (antes ‘Urabeños’) y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN), estructura heredera del poder del excabecilla paramilitar Hernán Giraldo, están detrás de acabar con los cómplices de ‘La Silla’ y copar el vacío que dejó en el mundo criminal de Santa Marta y la Costa Caribe cuando decidió entregarse a la DEA. Una guerra que ha dejado, sin duda, una cantidad de muertos en los puertos de Barranquilla y Santa Marta. 

    A pesar de este hecho, Álex Fernández Harding, abogado de López, declaró a Caracol Radio que su cliente “no ha realizado ningún acuerdo de cooperación con autoridad extranjera, lo cual implique delaciones o confesiones de ninguna manera, ni de develar ni de otorgar información sobre ningún ciudadano o institución, personas naturales o jurídicas sobre presuntas conductas; está descartado cualquier delación de mi representado”, sostuvo a los medios. 


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